José María Alvarez nos presentó el humor como un
arma de doble filo que puede gustar, ofender, desmontar, igualar… Comparto su
opinión, todas las personas tienen sentido del humor, pero no nos reímos de los
mismos temas, situaciones, frases… De su charla quisiera destacar algunos
autores que mencionó: Jardiel Poncela del que alabó su capacidad literaria para
la comedia, Fernández Florez hábil crítico de sus tiempos y cuya obra está
llena de ironía, Bergson del cual destacó La
risa un ensayo de “todo y más” y, cómo no, mi favorito (necesito
reconocerlo) Oscar Wilde, escritor, dramaturgo y poeta inglés.
Nuestra excusa compartida para hablar de humor fue
el libro de Woody Allen Cómo acabar de
una vez por todas con la cultura. Unas cuantas opiniones sobre Getting Even (1971), título inglés de la
recopilación de relatos y frase que en inglés significa “vengarse”,
“desquitarse”, dejaron claro que la sonrisa es más sutil que la risa y que hay
muchos tipos de humor. Las situaciones absurdas que muestra Allen, personalmente
tuve que situarlas en el contexto de su época y atribuirlas a su figura, su
personaje de humorista y parodista, es cierto, el humor sirve para replantearse
y tomarse de forma más llana la historia. Diversión a través del absurdo. Otros
la han practicado con menos éxito quizás, pero de manera más hábil y creativa.
No puedo separar lo que se dijo en la tertulia del
lenguaje, mi pasión, mi obsesión. Reírse es sano, catártico, anímicamente
positivo. ¿Por qué triunfa el buen humor sobre la arrogancia? En una situación extrema
ayuda más. La risa puede ayudar más al enfermo que la seriedad, la preocupación
(José Ramón explicó muy bien este hecho con una anécdota que a todos nos gustó,
cómo una enfermera a través de la palabra consiguió hacer reír a un paciente
grave y al médico: distensión oportuna).
“No hay boda sin lágrimas ni entierro sin risas”,
apacigua, sale del corazón. A todos nos hace reír la hipérbole, la exageración
(las caricaturas), la antítesis (“del poco dormir y del mucho leer se le secó
el cerebro” (esos contrastes −poco-mucho− magníficos acompañados de conclusiones
que estimulan nuestra sonrisa). Sarcasmo
es otro tipo: el término es una sustantivación del verbo σαρκάζειν (sarkázein,
'morder los labios'), derivado del sustantivo σάρξ (sarks, 'carne'), el sarcasmo puede conseguirse sólo con la
entonación que se le da una frase (se puede decir lo contrario a lo que se está
expresando). Creo que acontecerán muchas otras tertulias y lecturas después de
las recomendaciones expuestas ese día.
Otra de las conclusiones a las que nos arrastró José
María es que el humor se persigue cuando la crítica que hace a la realidad
interfiere de forma peligrosa en la política o en otras magnitudes. Polémico el
tema. La presentación de Jose Maria nos llevó a su terreno, al impacto de la
imagen, una presentación en Power Point impecable: el Joker no podía faltar, la transformación y el retoque a través de
las tecnologías tampoco. Y en cambio, el payaso Charlie Rivel, mencionado por
Pilar Sanz, y su sencillez extrema nos inundó a todos de suavidad, ternura,
sentimientos igual de valiosos y humanos. ¿Corremos demasiado? No lo sé, pero
el humor ayuda a verse a uno mismo de otra manera y aunque a veces no nos
guste, el espejo (o humor) está ahí, como la soledad al volver a casa de no sé
dónde (un viaje, el trabajo, una cena). Necesario, indispensable como el
silencio, el humor puede ser nuestro cobijo y nuestro mejor aliado (o nadie ha
pensado nunca como yo: ¡pero qué tonta eres! y a continuación le ha entrado la
risa y la sonrisa). ¡Y mira que soy seria!
Francesca Carmona Rodríguez
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