domingo, 3 de junio de 2012

Tertulia del sábado 19 de mayo de 2012: EL HUMOR EN LA LITERATURA


José María Alvarez nos presentó el humor como un arma de doble filo que puede gustar, ofender, desmontar, igualar… Comparto su opinión, todas las personas tienen sentido del humor, pero no nos reímos de los mismos temas, situaciones, frases… De su charla quisiera destacar algunos autores que mencionó: Jardiel Poncela del que alabó su capacidad literaria para la comedia, Fernández Florez hábil crítico de sus tiempos y cuya obra está llena de ironía, Bergson del cual destacó La risa un ensayo de “todo y más” y, cómo no, mi favorito (necesito reconocerlo) Oscar Wilde, escritor, dramaturgo y poeta inglés.

Nuestra excusa compartida para hablar de humor fue el libro de Woody Allen Cómo acabar de una vez por todas con la cultura. Unas cuantas opiniones sobre Getting Even (1971), título inglés de la recopilación de relatos y frase que en inglés significa “vengarse”, “desquitarse”, dejaron claro que la sonrisa es más sutil que la risa y que hay muchos tipos de humor. Las situaciones absurdas que muestra Allen, personalmente tuve que situarlas en el contexto de su época y atribuirlas a su figura, su personaje de humorista y parodista, es cierto, el humor sirve para replantearse y tomarse de forma más llana la historia. Diversión a través del absurdo. Otros la han practicado con menos éxito quizás, pero de manera más hábil y creativa.

No puedo separar lo que se dijo en la tertulia del lenguaje, mi pasión, mi obsesión. Reírse es sano, catártico, anímicamente positivo. ¿Por qué triunfa el buen humor sobre la arrogancia? En una situación extrema ayuda más. La risa puede ayudar más al enfermo que la seriedad, la preocupación (José Ramón explicó muy bien este hecho con una anécdota que a todos nos gustó, cómo una enfermera a través de la palabra consiguió hacer reír a un paciente grave y al médico: distensión oportuna).

“No hay boda sin lágrimas ni entierro sin risas”, apacigua, sale del corazón. A todos nos hace reír la hipérbole, la exageración (las caricaturas), la antítesis (“del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro” (esos contrastes −poco-mucho− magníficos acompañados de conclusiones que estimulan nuestra sonrisa). Sarcasmo es otro tipo: el término es una sustantivación del verbo σαρκάζειν (sarkázein, 'morder los labios'), derivado del sustantivo σάρξ (sarks, 'carne'), el sarcasmo puede conseguirse sólo con la entonación que se le da una frase (se puede decir lo contrario a lo que se está expresando). Creo que acontecerán muchas otras tertulias y lecturas después de las recomendaciones expuestas ese día.

Otra de las conclusiones a las que nos arrastró José María es que el humor se persigue cuando la crítica que hace a la realidad interfiere de forma peligrosa en la política o en otras magnitudes. Polémico el tema. La presentación de Jose Maria nos llevó a su terreno, al impacto de la imagen, una presentación en Power Point impecable: el Joker no podía faltar, la transformación y el retoque a través de las tecnologías tampoco. Y en cambio, el payaso Charlie Rivel, mencionado por Pilar Sanz, y su sencillez extrema nos inundó a todos de suavidad, ternura, sentimientos igual de valiosos y humanos. ¿Corremos demasiado? No lo sé, pero el humor ayuda a verse a uno mismo de otra manera y aunque a veces no nos guste, el espejo (o humor) está ahí, como la soledad al volver a casa de no sé dónde (un viaje, el trabajo, una cena). Necesario, indispensable como el silencio, el humor puede ser nuestro cobijo y nuestro mejor aliado (o nadie ha pensado nunca como yo: ¡pero qué tonta eres! y a continuación le ha entrado la risa y la sonrisa). ¡Y mira que soy seria!

Francesca Carmona Rodríguez

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