lunes, 28 de abril de 2008

Recital Poético en la Biblioteca Manuel de Pedrolo de Ribes

Versus versus, tenim versus – pregonaba Antonio, sin perder su compostura ni su aire de trovador, en la Plaza Maria-Mercè Marçal, la diada de Sant Jordi-. Versus per el nen i per la nena –declamaba con ardor y sin perder el aliento nuestro poeta-. Pero no son buenos tiempos para la poesía y pocos estaban interesados por la extraña mercancía que ofrecía nuestro pregonero. Para paladear la poesía son más adecuadas las distancias cortas, la complicidad de un reducido grupo de personas que se resisten a los pobres mensajes de los autores mediáticos que tanto brillan en esta fecha.Y es así que en el interior de la Biblioteca, donde el creador puede mirar a los ojos al espectador, pudimos disfrutar de una espléndida velada poética, ante un público atento e interesado por la alquimia de las palabras, los sentimientos y emociones más intimas, los recuerdos y la memoria, las reflexiones filosóficas, la fina ironía, la emoción del mensaje de un amigo ausente, en fin, el universo al alcance de la mano que nos brindan los poetas. Antonio nos ofrecía versos y nos confesaba que ya de pequeño le decían que su vida sería un poema, por eso fue poeta. Hugo, más pesimista, nos dice que ya no quedan versos pero acto seguido nos demuestra que es un mago de la palabra y con ella nos hipnotiza. Jorge, de la mano de su ángel del sentido nos lleva a la metafísica y nos sorprende con dos poemas en lengua catalana. Pau indulta a una rosa para convertirla en poema con sus artes de creador. Raúl nos lleva por los caminos del sur y aunque nos dice que venía breve, nos deleita con sus versos, ¿Cómo no le vamos a llamar poeta?. Magda más intimista nos sumerge en el mundo de los sentimientos y las emociones, nos despierta diciéndonos que no tot és de color de rosa y que el 23 d’abril también tiene su cara menos festiva. Para todos era obvio que faltaba alguien, que faltaba una voz: Gumer. Y ella apareció, a través de la palabra de D’Albert, para decirnos que No era el último vuelo, que es una luchadora veterana y no se dejará doblegar con facilidad. El más caluroso aplauso de la noche fue para nuestra amiga ausente. Muchos de nosotros mantuvimos sobre el borde del párpado el temblor de una lágrima. Antonia en esta oportunidad no ha recitado sus poemas, en el Any Rodoreda ha querido hacer un homenaje a la escritora catalana. Nos hizo una síntesis de lo que fue su obra y especialmente su obra menos conocida, su poesía. Los sonetos de Rodoreda, influida por la literatura clásica, se centran en la Odisea. Ulises i les sirenes nos hace sentir ese bello pasaje que nos describe Homero. Sigue con L’Arribada a Ítaca para concluir con el mundo femenino de Penélope, la esposa del héroe, Plany de Calypso, la ninfa que retiene a Ulises, para acabar con Nausica, hija de Alcinoo que abandonará Ulises para volver con Penélope. Con los acordes del Ball rodó (Llibre vermell de Montserrat), Antonio, desgrana los últimos versos de despedida de la cançó que mai s’acaba. Los poetas guardan sus poemas para, no se sabe cuando, volver a desempolvar. La plaza está desierta como si la diada de Sant Jordi hubiera sido un sueño al igual que el mensaje de los poetas. José Ruiz Dugo

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