En 1959, Truman Capote, escritor y guionista de cine ya bien conocido por el público americano, decidió escribir un relato sobre un reciente crimen ocurrido en el pueblo de Holcomb, Kansas: cuatro miembros de una familia habían sido asesinados en su propia casa, aparentemente sin motivo.
En un principio, Capote pretendía escribir un relato costumbrista, donde tendría menos importancia el crimen en sí, que su efecto entre las gentes de una comunidad tan pequeña y típica del Medio Oeste como Holcomb. Pero, cuando apenas había empezado su trabajo, los culpables fueron detenidos, y eso cambió por completo el objeto de su libro. Ahora ya no iba a hablar solamente de las víctimas y sus vecinos. Contaría también la historia de los asesinos.
Lo que emergió, cinco años después, fue una obra dura e intensa, que se convirtió en el primer exponente de un nuevo género literario: la novela no ficticia. Es decir, un relato construido con las técnicas de la literatura de ficción, pero basada en hechos y personajes reales.
A SANGRE FRIA fue una obra polémica desde su aparición. Para muchos, era una de las obras cumbre de la literatura moderna, para otros, un artificio destinado a explotar el morbo del público.
En todo caso, para Truman Capote fue su obra más importante y la que le marcó para el resto de su vida. El mismo declaró en cierta ocasión: 'Escribir el libro no me resultó tan difícil como tener que vivir con él'.
Solo un año después de su publicación, A SANGRE FRIA fue llevada al cine por Richard Brooks, cineasta de fuerte personalidad que sin dejar de ser extremadamente fiel al libro, supo enriquecerlo con nuevos matices, creando un verdadero alegato contra la pena de muerte.
El próximo sábado, nuestra tertulia será muy completa puesto que no solo debatiremos el libro, sino que tendremos oportunidad de ver también esta película. Pocas veces, literatura y cine han combinado de una manera tan eficaz.
José María Alvarez
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