REUNION DEL DIA 9 DE FEBRERO, CONFERENCIA DE NEY BENSADON

Ney Bensadon, jurista internacional, escritor y conferenciante, aborda en su conferencia las intrincadas bases donde se asienta la relación existente entre la Justicia y la Paz, realizando una extensa exposición del tema, del cual él mismo se ha avenido a hacernos un breve resumen.

Desde tiempos remotos del profeta Isaías hasta Lenine y los terroristas que han atentado en Madrid contra los trenes en Atocha, y desde orígenes tanto religiosos como políticos de todos los bandos se oye hablar de justicia y de paz. La justicia está hecha de leyes que son diferentes en cada país soberano, haya paz o esté en guerra. Cuando se desea una justicia igual y ecuánime para todos es una especie de evangelización sin otro evangelio más que el del que lo proclama. El marxismo leninismo quiere imponer una justicia propia, parcial y unilateral que es todo lo contrario de una verdadera justicia que ha de ser imparcial para ser justa porque no siempre lo es y a veces ni lo puede ser. Karl Marx, el gran filosofo alemán, amigo de ese otro filosofo que era Engels ha sido elegido uno de los más importantes filósofos de la Historia en un sondeo realizado en el 2005 por la BBC de Londres. Trata de los remedios para llegar a la felicidad de los pueblos que empieza por su propia justicia y la abolición de los privilegios. Esta actitud es semejante a la que adoptan los terroristas modernos que combaten a los oponentes al sistema que desean imponer. El Presidente iraní Mahmud Ahmadijenad, el Presidente Jacques Chirac, el Papa Benedicto XVI pregonan todos la justicia y la paz. Emplean las mismas palabras con diferentes sentidos. Existe una moda de asociación de palabras por pares como Romeo y Julieta, dimes y diretes, el din con el don. Para Erasmo, filosofo del Renacimiento, la locura es un producto de la razón. Para Gilles Deleuze, filosofo contemporáneo, la necedad impone su razón. La justicia es la domadora de la injusticia y combate la violencia. Es su principal y más antigua función. Para combatir la ignorancia, el conocimiento y la ciencia son un producto de la violencia porque el ser humano quiere conocer las respuestas a sus preguntas más elementales como es el origen de la vida, la realidad de la muerte y miles de otras preguntas. La ciencia y la fe no cohabitan. Claudel afirmaba que era mas fácil convencer con el hierro que con la razón. La Naturaleza nos demuestra día a día que la injusticia es omnipresente. El fundador de la anatomía, Herófilo estudiaba el cuerpo humano robando los cadáveres. ¿El juicio contra Galileo en 1663, fue justo o injusto? Los latinos comparaban la imbecilidad humana, el homo edactor con la crueldad de la naturaleza, el tempus edax. Hace apenas 3 siglos, el hábeas nace en 1679 que es la presunción de inocencia protege al hombre contra las injusticias. El hombre y la naturaleza rivalizan en el horror. La civilización del victimismo es también creadora de injusticias. Apoyar al débil es incitar a la rebelión. Apoyar al poderoso significa invitar a la represión. La justicia es un tema variable mientras la paz ha de ser un estado permanente. La violencia está ligada a la justicia y a la injusticia. La justicia ha de ser el sayón de la violencia. Las leyes están inspiradas por la ley del talión que nace del Código Hamurabi de hace unos dos mil anos antes de nuestra era. La justicia está asociada a la violencia y no a la paz. Si no hay injusticia no hay justicia. Para que haya paz entre la justicia y la paz ha de interferir el perdón. Cuando se pide justicia sin venganza se equivoca uno, porque la justicia y la venganza con la aplicación del talión son simultáneas. Los indultos judiciales o los indultos religiosos como el que aplican los baptistas son una faceta del perdón condicionado. El verdadero perdón no ha de ser condicionado. Ninguna sociedad reconoce al perdón incondicionado y que tenga como sola condición el ser humano. Solón, sabio de Atenas, había instaurado el perdón que permite al pudiente perder su fortuna pero guardar su notoriedad. La justicia y la paz pueden ser un eslogan publicitario, un voto o una plegaria, una bendición religiosa o familiar pero nunca podrá rebasar el mundo desconocido de la utopía.

Ney Bensadon