jueves, 26 de marzo de 2009
Rodrigo Quirós - LA PRUEBA
HOMBRE:
Longitud de cansancio.
¿Dónde se abrirá el día?
¿Quién lo abrirá?
¿Por qué?
No soy día ni noche:
un peldaño vacío,
interrogante...
Mis tormentas rematan
en una huella larga de agonía.
Mellamo ser humano:
por eso es que reparto mis jirones
sin temor de las duras miradas del aire,
por eso sangro sin cuajar mi estrella,
por eso ahora me callo
para que pase el viento.
VIENTO:
Yo existo para verte,
milagro de tu carne embravecida,
para que pase mi alma reposada
dividiendo tu oleaje en un silencio.
HOMBRE:
¡Y yo que quería hablar!
VIENTO:
Ya sabes que tu extremo siempre será el silencio.
(se va)
HOMBRE:
Pero tengo que hablar.
¡Dios! ¡Ven acá!
¡Hemos callado demasiado tiempo!
ANGEL:
Sólo queda embriagarse
El tiempo tiene jugos atornasolados
para cegar el blanco filo de tu asombro.
Olvida ya la luz. Sube en el mosto
¡hasta saber que eres la herida de la tierra!.
HOMBRE:
No, mi sangre también es la luz.
Fui creado para algo ancho como el silencio.
No es el viento. ¡Su fondo
la abolición de mi hambre
repartida en sollozos para la noche
VIENTO:
¿No ves, pobre animal de trastornada gloria?
Te he vuelto a suspender
¡Soy infinito!
HOMBRE:
Pero vacío también. Y yo estoy lleno
No aceptaré el olvido.
No aceptaré quedarme con tu rumbo
¡Yo soy más que una herida!
(Gritando) ¡Diooooos!
DIOS:
Aquí estoy.
HOMBRE:
Me oyes ¿verdad?
DIOS:
Te oigo.
HOMBRE:
¿Me amas?
DIOS:
No lo comprenderías. ¿Qué quieres?
HOMBRE:
Ahora que te encuentro no lo sé.
DIOS:
¿Me puedo ir?
HOMBRE:
¡No! Tu sabes que conozco los rincones del mundo
y no he encontrado nada más grande que tu ausencia.
DIOS:
¿De dónde estoy ausente?
HOMBRE:
Ahora que lo preguntas, no lo sé,
pero hay niños de fibre abandonada
y tormentas de gloria;
y hay amores tan claros, Señor,
tan verdes
como tu hermosa infancia en el zacate,
que se llenan de golpes y alaridos...
DIOS:
Lo sé. Te lo daré todo. Sólo pido una cosa.
HOMBRE:
¿Cuál?
DIOS:
Pruébame que estás vivo.
(El hombre no sabe qué hacer. Dios se oculta muy lentamente).
VIENTO:
¿Ya ves? Nunca podrás.
Yo soy tu extremo,
mi sexo es tu silencio vagabundo
HOMBRE:
(Llora toda la vida. Luego mira la aurora y corre inexplicablemente feliz).
¡Dios!
DIOS:
Aquí estoy
¿Lo entiendes?
HOMBRE:
¡Señor, traigo la prueba de estar vivo!
(El viento cae muerto en el fin de la Tierra)
DIOS:
(Se acerca al hombre. El mundo se ha recogido en una primavera de silencio. Dios habla muy suavemente).
¿Dónde la tienes?
HOMBRE:
(Señala su pecho miientras sus ojos bajan a la tierra desnuda).
¡Aquí , Señor, aquí!
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Poema extraído del poemario "Después de nacer" (Cuadernillos de poesía) Editorial Costa Rica, San José 1967 del poeta costarricense Rodrigo Quirós Sanabria (1944-1997) amigo de nuestro contertuliano Jorge Aguilar.
Publicado a petición de algunos tertulianos tras su lectura por Jorge el 21 de marzo.
Cor Literari
Marzo 2009
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