Hay quien ve en el Carnaval algo de transgresión, de rebeldía en asumir una identidad prohibida, un querer quebrantar la norma del día a día, un desear ser diferente, un confundirse detrás de la pretendida alegría que ofrece esta fiesta de los sentidos. Sin embargo desde mi punto de vista qué mayor trasgresión que sentirse diferente a la inmensa mayoría los 365 días que tiene el año. El acto individual de elegir un libro, sumergirse en el mundo que se nos abre ante él, sentirnos parte de lo que allí se cuenta, identificarnos o no con la historia, juzgar al autor supone también un acto de reafirmación de la personalidad. El nivel de exigencia indudablemente lo pone el lector, que desde su siempre limitado conocimiento interpretará la obra que tiene ante sus ojos.
Este sábado de Carnaval nos tocó abordar la figura de Juan Marsé cuya novela "La Ronda del Guinardó" suscitó multiples comentarios de los que estabamos allí. Tengo que decir que afortunadamente las reuniones son más participativas, más diversas, más ágiles, más dinámicas porque todos tenemos algo que decir, algo que quizá nos trastoque nuestra idea inicial sobre el libro, pero que contrastada con la del otro se enriquece y se ensancha. Qué mejor manera que crecer en visión litereria que estar abierto a lo que dice el que está enfrente que no tiene porque compartir nuestro punto de vista pero que al final lo matiza y engrandece.
Fue también muy amena la muy acertada pincelada cinematográfica que nos sirvió de introducción a la reunión y en donde se sugirieron posibles películas para ir a ver desde la perspectiva del que ya ha ido a verlas.
No me cansaré de animar, una vez más, a todos a que participéis y vengáis a nuestra cita literaria mensual.
Un saludo para todos.
Victoria Morago
jueves, 26 de febrero de 2009
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