lunes, 10 de noviembre de 2008
Sylvia Plath
Un poeta amigo de la tertulia me habló hace unos días de Sylvia Plath. Había leído algo de ella en un suplemento literario y quería que le buscara más información. Me sonaba su nombre por ser el título de una canción de Ryan Adams, pero solo eso. Sin demasiado convencimiento he buscado información en la Red. Toda una sorpresa, Sylvia Plath es una escritora y poeta fuera de lo común. Niña superdotada y precoz poeta; a los ocho años escribe su primer poema, a los once muere su padre lo que le causa un gran trauma que condicionará su vida y su obra que refleja su ensimismamiento y obsesión por la muerte.
Poetisa y novelista estadounidense. Empezó a escribir poesía de niña, estudió en la Universidad de Smith y, gracias a una beca Fulbright, en la Cambridge. Su primer libro, El coloso (1960), puso en evidencia la meticulosidad de su oficio y un estilo muy personal. Ariel (1965) está considerado como su mejor libro de poemas que, al igual que su poesía posterior publicada después de su suicidio, refleja un ensimismamiento y una obsesión por la muerte crecientes. Poemas completos, que ganó el Premio Pulitzer en 1982, fue editado por su marido, el poeta británico Ted Hughes, en 1981. La campana de cristal (1963), novela que publicó con el seudónimo de Victoria Lewis, es el relato autobiográfico del colapso nervioso de una joven. Su correspondencia, Cartas a casa, 1950-1963, preparada por su madre y publicada en 1975, ayuda a comprender sus fuentes de inspiración y su desesperación. Otras obras, publicadas póstumamente, son Cruzando el agua (1971) y Arboles de invierno (1972), ambos libros de poesía, y Johnny Panic y la Biblia de sueños, libro de cuentos. En 1982 se publicaron sus Diarios.
(Reprodución del texto que aparece en la web EPDLP)
En su estancia en Cambridge conoce al poeta Ted Hughes con quien contrae matrimonio y se separa a los seis años.
Influenciada por Robert Lowell, Anne Sexton y W.S. Merwin.
Tras varios intentos de suicidio y permanentes depresiones, Sylvia está al límite. El 11 de febrero de 1962, mientras sus hijos dormían, Sylvia puso su cabeza en el horno de gas y se mató. Tenía 30 años.
Morir
es un arte, como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Espejo
Soy de plata y exacto.
No tengo prejuicios.
Todo lo que veo lo trago de inmediato
Tal y como es,
sin la turbiedad del amor o de la antipatía.
No soy cruel, sólo veraz.
El ojo de un diosecillo, con cuatro esquinas.
La mayor parte del tiempo medito
sobre la pared de Enfrente.
Es rosada, con manchas. La he mirado tanto
Que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve
Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.
Ahora soy un lago, Una mujer se asoma sobre mí,
Buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.
Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.
Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.
En mí ha ahogado a una muchacha, y desde mi
una mujer mayor
Se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.
LÍMITE (El último poema que escribe, la víspera del suicidio:)
La mujer alcanzó la perfección.
Su cuerpo muerto muestra la sonrisa de realización,
la apariencia de una necesidad griega
fluye por los pergaminos de su toga,
sus pies desnudos parecen decir,
hasta aquí hemos llegado, se acabó.
Los niños muertos, ovillados, blancas serpientes,
uno a cada pequeña jarra de leche ahora vacía.
Ella los ha plegado de nuevo hacia su cuerpo;
así los pétalos de una rosa cerrada,
cuando el jardín se envara
y los olores sangran de las dulces gargantas
profundas de la flor de la noche.
La luna no tiene por qué entristecerse,
mirando con fijeza desde su capucha de hueso.
Está acostumbrada a este tipo de cosas.
Sus negros crepitan y se arrastran
Ryan Adams "Sylvia Plath"
I wish I had a Sylvia Plath
Busted tooth and a smile
And cigarette ashes in her drink
The kind that goes out and then sleeps for a week
The kind that goes out on her
To give me a reason, for well, I dunno
And maybe she'd take me to France
Or maybe to Spain and she'd ask me to dance
In a mansion on the top of a hill
She'd ash on the carpets
And slip me a pill
Then she'd get pretty loaded on gin
And maybe she'd give me a bath
How I wish I had a Sylvia Plath
And she and I would sleep on a boat
And swim in the sea without clothes
With rain falling fast on the sea
While she was swimming away, she'd be winking at me
Telling me it would all be okay
Out on the horizon and fading away
And I'd swim to the boat and I'd laugh
I gotta get me a Sylvia Plath
And maybe she'd take me to France
Or maybe to Spain and she'd ask me to dance
In a mansion on the top of a hill
She'd ash on the carpets
And slip me a pill
Then she'd get pretty loaded on gin
And maybe she'd give me a bath
How I wish I had a Sylvia Plath
I wish I had a Sylvia Plath
Se acaba de publicar en España sus "obras completas", con traducción de Xoán Abeleira, a un excelente precio, 8€. (Bartley, Madrid)
10-11-08
J. Ruiz Dugo
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